Calçots

calçots

Ingredientes para 4 personas:

  • 2 paquetes de calçots (50 unidades), o los que seais capaces de comer.

Para la salsa:

  • 1 rebanada de pan tostado
  • 60 gr. de almendra (opcional añadir algunas avellanas)
  • 2 dientes de ajo
  • 1 ñora (o en su defecto guindilla o pimentón picante)
  • 2 tomates
  • Sal
  • Pimienta
  • Azúcar
  • 4 cucharadas soperas de vinagre de jerez
  • 2 dl de aceite de oliva

Calçot es como se llama en Catalunya el cultivo de la cebolla blanca tardana de Lleida y que se produce sobre todo en las comarcas de l’Alt Camp, Baix Camp , Tarragonés i Baix Penedés.

«Calçot» viene del hecho de que en su cultivo se amontona tierra sobre los brotes que crecen de la cebolla inicial, acto que se llama “calçar”.

Protegido por una denominación de origen propia, el calçot de Valls se caracteriza por una longitud de 15 a 25 cm (parte blanca) y un diámetro, medido a 5 cm de la raíz, de entre 1,7 y 2,5 cm.

La preparación es muy sencilla: hay que cortar la punta previamente para poder pelarlos una vez hechos.

Para hacerlos hay que preparar una hoguera o bien la barbacoa con la leña y encenderla. No hará falta esperar a que se haga brasa pues hay que tener en cuenta que el calçot necesita llama para hacerse bien. Sabremos que están hechos, cuando por fuera están negros y entreabiertos y echan espumita blanca. Sacarlos del fuego y envolverlos por grupos en papel de periódico para que mantegan el calor.

Se sirven en una teja de barro y se comen estirando los brotes de dentro y untándolos en la salsa de la calçotada, que se toma fría. Para hacer la salsa:
En una sartén con aceite freír, por separado las almendras, las avellanas, el pan, los ajos y el tomate. Ir metiendo estos ingredientes en un mortero o en el vaso de la batidora. Añadir la ñora, el vinagre, la sal y la pimienta. Batirlo todo e ir añadiendo el aceite poco a poco, hasta que esté todo incorporado. Rectificar el punto con la sal, la pimienta y el azúcar.
Si la salsa os parece muy elaborada, también la venden hecha: una que es realmente buena es la de la marca Ferrer, que es muy fácil de encontrar en cualquier supermercado.

Lo típico es hacer una segundo plato, a base de carne de cordero y butifarra asada en las brasas que quedan tras hacer los calçots, acompañada de alcachofas y judía blanca. Y para acabar, no olvidar de poner en la mesa el pan con tomate, el alliolli y el porrón.