Galletas de mantequilla para Pascua

Galletas de mantequilla para Pascua


Hoy os presento  las galletas de mantequilla en forma de huevos y conejos de Pascua, como ya sabéis decoradas en glasa de colores. La glasa la he aplicado con la manga pastelera y la boquilla nº2 de Wilton y encima de la primera capa de glasa antes de que cristalice acabo la siguiente decoración para que se compacte con la anterior.

Poco más tengo que explicar aparte de que tengáis mucha paciencia para este tipo de galletas, de las que poco a poco voy a aprendiendo y cada fecha señalada os enseño.

La forma más tradicional es la de chocolate, pero aprovecharemos un poco el tirón de esta moda para incluirlo en la repostería creativa.

Los que ya me habéis leído sabéis que a mi me gusta mucho la historia, las leyendas, refranes y cosas de la vida cotidiana, y que os hago llegar a través información que he podido recopilar de Internet y que quiero compartir con vosotros.

Pues ahí va una leyenda, hay muchas versiones pero hoy os daré la más cristiana.

Su origen se remonta a las fiestas anglosajonas pre-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad asociado a la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. Progresivamente, se fue incluyendo esta imagen a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania, esto dio orígen también a una curiosa leyenda que cuenta que :

“  C uando sepultaron a Jesús, dentro de la cueva había un conejo escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.

El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía y lo veía preguntándose quien sería ese Señor a quien querían tanto todas las personas.

Así pasó mucho rato, viéndolo; pasó todo un día y toda una noche, cuando de pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!

El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.

Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.

Desde entonces, cuenta la leyenda, que el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordarle al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir alegres.

¡Ahora a disfrutar mucho de esta tradición tan dulce!

Podeis ver también nuestra tarta Mona de Pascua «los 3 cerditos en el barro»!